Desde hace un rato se ha estado viendo por la calles del internet el trabajo de Philippe Tournaire. Su efímera popularidad -porque así es en este mundo abstracto-, se debe a la mezcla precisa entre moda y joyería con arquitectura. Tournaire voltea al periodo merovingio de la construcción y retoma las “pequeñas” villas de ese siglo XVI-XVII.
El resultado: Pequeños palacios a la palma de sus manos, exactamente, coronando sus dedos. Parecieran un poco esos feos anillos ostentosos que regalan a la gente cuando obtiene su título profesional, sólo que llevando lo ostentoso a un nivel arquitectónico. Con gusto, le regalaba uno de estos a todos nuestros amigos arquitectos de Punto. Por ahora, les regalamos sólo las imágenes.
Una foto semi explicativa del proceso de construcción después del salto.