Que nos gusta la joyería por aquí es un hecho. Sobre todo, si es del tipo sorprendente y fascinante por sí misma. En ocasiones, esta joyería de carácter inusual puede ser todo menos favorecedora. Quizás es el caso de la joyería de Burcu Büyükünal, cuya ubicación es el rostro femenino y cuya función, más que adornar, es la de deformar el rostro.
De origen turco, Büyükünal parece inspirarse en la cultura musulmana, e incluso me atrevo a pensar en esta joyería como una burka delgadísima que jala toda atención a los ojos, restando o aplacando la belleza facial mediante la deformación ocasionada por la varilla. Sin embargo, la riqueza de esta joyería radica en cómo el cambio de enfoque en la belleza tradicional -y por supuesto en la joyería usual-, evidencia los gastados cánones del atractivo femenino. Interesante manera de “adornarse” a través de la “deformación”… hasta parece una alegoría a las cirugías estéticas y todo lo que se hace por alcanzar la belleza en la actualidad.