Adam Voorrhes tuvo la trágica suerte de encontrarse con un transformer mutilado, producto de las guerras por salvar al mundo que ha enfrentado, y que lo han dejado minusválido y desamparado. Voorhes -gracias a dios-, lo dotó de una muleta que auxilia y reconforta al pobre héroe. Luego, le tomó una foto. Después Voorhes se encontró con un teléfono explosivo y decidió tomar otra foto. Así es como fue creando su serie de Estudios Explosivos, donde vemos desde un transformer en recuperación, a una pistola con todas sus tripas de fuera. La pregunta quizás sea si todos estos objetos están en arreglo… o desarreglo.
Vía nuestros amigos de elastika.
One Comment
que bueno!