Cuando hablamos de cineastas es por sus filmes, cuando hablamos de músicos es por su música, casi nunca nos desviamos en el tema.
Emil Kozak me recuerda mucho el camino que escogí. Amante del skateboard, estudia diseño, vive en Barcelona y tiene un Studio bajo su nombre. La verdad es que su trabajo me agrada, colores básicos, trazos sencillos, y mucha buena onda (solo falta entrar a su web y ser recibido por una ballenita de madera para darse cuenta).
Pero lo que más me agrado al adentrarme en su página, fueron sus fotografías. Un diario con gran ojo, casi siempre paisajes desnudos sin seres humanos retratados en ellos; recurrencia al negativo y a lo constante, buscando recuerdos y amores en ello.
Recuerdo un día en California hace algunos años, en el que con mis hermanos aprendíamos a surfear. De repente una ola de agua helada me cubrió por completo y eso es en lo que la fotografía de Emil, por ejemplo, me hace pensar.
2 Comments
tenía el gusto de conocer el trabajo de emil, sin embargo nunca había visto sus fotografías, a lo que concuerdo! tienen el mismo aire de simpleza que sus trazos, pero hay algo más en todo lo que hace, ja! va a sonar súper cursi, pero es como un suspiro! me refiero a que es ese algo que no tiene palabras, pero no por dejarte bocabierto sino por hacerte pensar o sentir algo bonito, pero que no alcanzas a distinguir con toda claridad, algo así…
es verdad… por eso el recuerdo del mar frio… como un suspiro